
Después de casi 12 horas de recorrido en un bus muy cómodo de la compañía rápido ochoa y por un valor de 90.000 por trayecto ( promoción si comprábamos ida y vuelta) llegamos a Tolú , un poco por equivocación ( pedimos pasaje a San Antero en lugar de San Onofre) un poco por suerte ( los viajes directos a san onofre solo son de día y como teníamos el requerimiento de viajar de noche está era nuestra mejor opción.
En la terminal de Tolu, por 10.000 pesos y en 40 min te llevan a San Onofre en bus grande con Aire acondicionado y de San Onofre, nuestra locación en rincón del mar organizo un servicio de recogida por 30.000 pesos para mi y mi pareja de amigos





El hotel de Miro, es un lugar sencillo pero muy confortable, todo es limpio y huele super bien, tienen 8 habitaciones y un restaurante con comida de Mar y otras delicias, recetas de su dueña Doña Miro, para esta vez la habitación con las 3 comidas por persona nos costo $60.000 COP por persona 😜



En la mañana me gusta salir a caminar, hoy había mar de leva 🌊 al parecer por lo menos una vez al año el mar se crece casi hasta entrar a las casas. Del mar llegan regalos 🎁 y los elementos naturales se revuelven con los artificiales para recordarnos como estamos aquí, modificando

Explorando otras opciones en el lugar, hay hoteles como casa Sattva a $140.000 en temporada alta por persona con desayuno es un lugar que se ve muy bonito y tranquilo, solo es para 14 personas todo es muy blanco y limpio, tienen ventilador y políticas de sostenibilidad y está frente al mar.
También hay otro hotel que de llama palenque $90.000 con las 3 comidas se ve limpio, cómodo ( sobretodo las dos piezas del frente ) pero los baños son compartidos. Adicional a eso hay 2 hostel muy populares entre los extranjeros y de los dos el rincón del frances es la que se ve mejor, sin embargo, sigo prefiriendo la casita de Miro, si quieres tener una relación cercana a la comunidad en un lugar muy tranquilo y limpio y con comida deliciosa.



En la tarde estuve conociendo la reserva natural Sanguare a 8 km del pueblo de Rincón del mar. Mi guia «el imperio» como se hace llamar don Alberto Taborda su celular es : 3117506698 y lo pueden llamar si necesitan un mototaxi y el, sin quererlo y sin saberlo se convirtió en el mejor guia de naturaleza del día. Con «El Imperio» vimos pajaros como el toche, el bujio, el charan y el barrero un pajaro amarillo que según el hace su nido en el barro.
Vimos plantas como la enea un pasto para hacer artesanias, el barbasco, el icaco y la palma de vino de la que supe las vacas muerden su semilla para botarlas en sus excrementos, las que después se pueden asar para comerlas. El bosque seco está lleno de increíbles sorpresas.

Último día de playa, tomando sombra debajo de un uvito en flor. Este árbol tan común en las playas caribeñas da un fruto comestible parecido a una uva 🍇
Nos encontramos un extraño animal en la playa, no tenia ojos, ni boca solo una aleta trasera y una visera por fuera de la cavidad abdominal

Don Ramon y su carro cyan nos transporto desde rincón de mar, contándonos más secretos botánicos y preocupaciones costeras como la perdida del manglar por las construcciones desmedidas de balsillas, la reducción de la pesca por no cumplir con las tallas para mantener la reproducción y porque estaba de acuerdo con la veda. Todo un ambientalista el señor Ramón

Mi viaje termino con un acontecimiento muy particular. Cuando me subí al bus en Tolú, vi el puesto delantero vacío, el joven que tenía el tiquete #1 me lo cedió, se sentía mareado adelante ¡que suerte la mía! Me dije. Estaba yo cómoda y explayada en la primera banca, cuando en Loríca se sube un joven con muletas y mira el puesto como queriendo sentarse pero sabiendo que no tenia el número apropiado y yo, en un acto de egoísmo que no entiendo de donde salió, le explique que si se sentaba lo iban a hacer parar cuando llegara el dueño del puesto. Cuando el muchacho siguió por el pasillo, sin hacer otro reclamo, mire hacia atrás y me percate de lo egoísta que había sido. Al bajarnos en Planeta Rica a comer, me le acerque, le pedí disculpas y lo invite a ser mi compañero de viaje. Empezamos a conversar, le pregunte que le había pasado en la pierna y como sospeche, había sido a causa una mina antipersona en el nudo del Paramillo, ese lugar fantástico donde nacen los rios Sinú y San Jorge que mojan la sabana, lugar inaccesible para el colombiano común, allá donde todavía hoy, habita la guerra.
Conversamos y me conmovió muchísimo que su sueño de juventud era ser profesor de preescolar, y durante algunas horas y compartiendo mi sleeping para evitar el frió, conversamos sobre las razones de la guerra, nos preguntamos que sentido tenia matarnos entre hermanos y concluimos, que es un gran negocio para unos cuantos. Al final, un poco esperanzada, me imagino vivir en un país donde los militares cumplan sus sueños de educar a los niños para que olviden la guerra