Popayán – Cauca, San Agustín – Huila, Parque Natural Nacional Puracé
Este recorrido lo hice, de forma express, aprovechando la cercanía de San Agustín a Popayán donde estaba asistiendo a un congreso, pero otros viajeros con más tiempo, pueden elegir visitar Tierradentro o el desierto de la Tatacoa llegar en avión directamente a Neiva o al destino más cercano que es Pitalito y tomar un bus hasta San Agustín que tarda mas o menos 1 hora.
Tengo que admitir que me falto mucha investigación para hacer este viaje, no tenía ni idea de por dónde atravesaba el trayecto que estaba a punto de hacer. Recuerdo que ese año el verano había estado muy intenso, se veía todo muy desértico a la salida de Popayán y había algunos incendios en las montañas.
Una señora, con facciones indígenas, se subió a mi lado y pidió al chofer que la dejara en Coconuco, me contó de los termales y me hablo un poco de la comunidad indígena que está asentada allí
Al cruzar Paletará, un pueblo muy frío y lleno de cultivos de papas, se abrió ante nuestros ojos un espectáculo sin igual, El Valle de los Frailejones, una planicie inmensa, repleta de esos gigantes de páramo, «Los Frailejones». Mi admiración se convirtió en relato para mis compañeros de bus, quienes entusiasmados, me contaron que habían pasado muchas veces por ahí pero que no tenían ni idea que era un frailejón, ni porque era importante el páramo.
Mi sorpresa fue mayor cuando ingresamos por una carretera destapada, para transitar dos horas por el más increíble paisaje de bosque de niebla en medio del parque natural Puracé. Hablamos de cazar carne de monte, del intercambio de bienes por el rio Caquetá y el rio Putumayo. En ese viaje, tuve la fortuna, de escuchar historias fantásticas de la otra Colombia, esa que vive al sur, estigmatizada por la coca y la guerra. Eran las 7 de la noche y ya faltaba 1 hora de las 5 que me habían dicho que duraba el viaje.
Pregunté por curiosidad, a mis nuevos amigos, cuanto faltaba para llegar a san Agustín y me explicaron asustados que ese bus iba para Pitalito. Un calor se me subió a la cara, ¿cómo era que yo me había subido a un bus para Pitalito? Luego de hablar con el chofer, entendí que el camino se dividía y que me iban a dejar en una tienda y el conductor muy amable se ofreció a esperarme hasta que encontrará un transporte que me llevará a san Agustín.
A las ocho de la noche llegamos, la carretera estaba oscura y había algunos hombres en corrillo tomando cerveza y conversando, el conductor del bus preguntó en voz alta que si alguien iba para San Agustín y un muchacho joven muy rápidamente se paró me ayudo con la maleta y se ofreció a llevarme. En el camino me dijo que él trabajaba como supervisor de obras de infraestructura y que si quería él me podía llevar por todos los parques arqueológicos y que solo me cobraba lo de la gasolina… lo creí, estoy en Colombia, la gente aquí es así, amable por naturaleza. Como no me quiso recibir plata por llevarme, lo invite a comer una pizza, seguimos en contacto por un tiempo más pero luego le perdí el rastro a este amable Agustiniano.
Me llevo a mi hotel, a las afueras de san Agustín y con un ambiente campestre, Hotel La casa de François, allí su dueño François, me enseñó mi pieza en un dormitorio solo para mujeres (no lo pedí así pero me pareció conveniente) mi cama era doble, limpia, cómoda y con buenas sabanas. Definitivamente iba a necesitar más cobijas y François muy amablemente me trajo un edredón de plumas para que me sintiera más confortable. Todo en ese hotel me encantó, desde las personas que lo atienden, su dueño con el que pasaría varias horas conversando y la infraestructura, hecha con materiales nativos y utilizando recursos estéticos naturales. La comida también es deliciosa, así que no hace falta salir del hotel, panes hechos en casa, frutas y verduras y un mini mercado para quienes quieran cocinar.
Al otro día y con ayuda de François hice un recorrido de casi 8 horas para conocer varios puntos de interés arqueológico. Nuestro guía era un señor local de unos 70 años que no sabía inglés, así que ayude con el tema, pues en el carro, yo era la única persona que hablaba español.
Este recorrido es imperdible, si vas en carro particular es fácil hacerlo con un poco de orientación. Con el mapa de google te puedes guiar en las paradas que realizamos. Los paisajes son increíbles, el rio Magdalena fluye por su lugar más estrecho en todo su recorrido por Colombia, hay ríos y cascadas imponentes en varios lugares, la vida campesina, las artesanías y la cantidad de monumentos megalíticos en distintas partes hacen que por unos momentos sienta mucha nostalgia de no haber continuado con mi interés por los estudios antropológicos (la ICANH es el instituto colombiano de antropología y tienen unas guías de los parques arqueológicos que no puedes dejar de leer)
Al siguiente día, antes de tomar el transporte de vuelta para Popayán, recorrí desde muy temprano el Parque Arqueológico de San Agustín, lo hice con calma y me tomo unas 4 horas.
El bosque donde está el parque es un ecosistema maravilloso y bien conservado. A la entrada me encontré un hermoso árbol dando flores naranjas y frutos, el chachafruto una leguminosa que en san Agustín es la base alimentaria de muchas personas, me lleve unas cuantas vainas y la señora del hotel muy amablemente me las cocino, son deliciosas con un poco de sal, su sabor es almidonado muy similar a la papa (bueno esa fue mi percepción de los 5 granos que lleve)
Si vas a San Agustín no olvides comprar las achiras y preguntar a los campesinos de la zona que te enseñen la planta de la que sacan la harina para hacer este delicioso alimento. Recuerda que lo bueno tiene su precio y que es bueno pagarlo porque las verdaderas achiras tienen su ciencia
Hotel recomendado: http://www.lacasadefrancois.com/
Que no te puedes perder: El parque arqueológico san Agustín, la cascada bordones y mortiño, Parque Arqueológico Alto de los Ídolos y Alto de las Piedras, el estrecho del Río Magdalena
Que tienes que probar: la panadería con harina de achiras y preparaciones con chachafruto